La historia de Málaga es la propia de una ciudad marcada por su situación a orillas del mar Mediterráneo. En el lugar donde se asienta la ciudad existía un poblamiento túrdulo, en base al cual los fenicios fundaron la colonia de Malaka. Tras un período de dominación cartaginesa, Malaka pasó a formar parte de Roma. Convertida en ciudad confederada, se regía por un código especial, la Lex Flavia Malacitana. La decadencia romana da paso a la dominación de los pueblos germanos y de Bizancio. Tras la conquista árabe, Mālaqa (مالقة) se convirtió en una ciudad amurallada junto al que se asentaban los barrios de comerciantes genoveses y las juderías. Llegó a ser capital de la taifa hammudí, así como de otros tres efímeros reinos posteriormente.

El asedio de la ciudad por los Reyes Católicos en 1487 fue uno de los más largos de la Reconquista. La población fue castigada a la esclavitud o a pena de muerte. Bajo la dominación castellana las iglesias y conventos construidos fuera del recinto amurallado empiezan a aglutinar población, dando lugar a la formación de nuevos barrios extramuros.

Del siglo XVI al siglo XVIII la ciudad entró en una época de decadencia, agudizada por epidemias e inundaciones que se vieron acompañadas de varias malas cosechas sucesivas y terremotos.
Con la llegada del siglo XVIII la ciudad empieza a recuperarse. Durante gran parte del siglo XIX, Málaga fue una de las ciudades más levantiscas del país, contribuyendo decisivamente al triunfo del liberalismo en España. Fue una ciudad pionera en la península con el inicio de la Revolución industrial, llegando a ser la primera ciudad industrial de España. Será ésta la época de las grandes familias burguesas malagueñas, algunas de ellas con influencia en la política nacional. Durante el último tercio del siglo se producen grandes disturbios y se declara el Cantón de Málaga. La vida política malagueña de entonces se caracterizó por un tono radical y extremista. El republicanismo federal logró fuertes apoyos en las clases populares y alentó insurrecciones que produjeron gran alarma entre los sectores acomodados.

La decadencia de la ciudad se inició a partir de 1880. La crisis hace cerrar las fundiciones malagueñas y vino acompañada por el derrumbe la industria azucarera y la plaga de filoxera, que hundió al viñedo malagueño. Los principios del siglo XX son una etapa de reajustes económicos en los que se produce un progresivo desmantelamiento industrial y un fluctuante desenvolvimiento del comercio. Depresión económica, conflictividad social y dominación política hacen posible que el republicanismo pequeño burgués y el movimiento obrero afiancen sus posiciones.

En 1933, durante la Segunda República Española, salió de Málaga el primer diputado del Partido Comunista de España. En febrero de 1937 el ejército nacional, con la ayuda de los voluntarios italianos y a las órdenes del general Queipo de Llano, lanzó una ofensiva contra la ciudad que fue ocupada el día 7 de febrero. La represión de la dictadura militar franquista fue una de las más duras y crueles de la guerra, se calculan unos 17.000 fusilados, enterrados en fosas comunes como las del cementerio de San Rafael.

Durante la dictadura militar la ciudad vivió una expansión por el turismo extranjero hacia la Costa del Sol, que provocó un boom en la economía de la ciudad en la década de 1960, apoyado por la emigración masiva hacia otras zonas España y a países del norte y centro de Europa. Tras la dictadura militar, el primer alcalde que tuvo Málaga pertenecía al Partido Socialista Obrero Español, y se mantuvo en el cargo hasta 1995, año en que ganó las elecciones municipales el Partido Popular, que aún gobierna en la actualidad (2009).
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Málaga de Noche